sábado, 21 de febrero de 2009

Superando las máscaras en la Comunidad


El movimiento del pensamiento positivo se ha extendido por el mundo moderno de una forma vertiginosa. Cada día son más populares los libros y los conferencistas que nos abruman con toda esa teoría del hombre positivo. Nos dicen que solo debemos hablar de nosotros en términos positivos y que debemos negar todos nuestros aspectos negativos.

Las personas que afirman ser positivas en todo terminan por negarse a sí mismas. Niegan la parte indeseable de su personalidad (el ego) y lo envían a las sombras del inconsciente. Paradójicamente, esto le otorga mucho más poder al ego, ya que en ese momento él puede controlarnos sin que lo notemos. Puesto que no estamos dispuestos a reconocer que existe en nuestra vida, puede manejar nuestra vida desde la sombra del autoengaño.

Los ponentes del pensamiento positivo apelan a negar todas las partes de nosotros que no nos gustan. Si tienen ira dicen “Yo Soy amor”, si tienen lujuria dicen “Yo Soy pureza”. Esto al principio genera unos cambios que son aparentemente positivos en nuestras vidas, empezamos a sentir más amor, más paz, etc. Lo que la gente no sabe es que cuando niegan esa parte de sí mismos que no desean, envés de trascenderla la envían a un foso que tarde o temprano se llenará. Las afirmaciones positivas son sumamente poderosas si se usan de manera adecuada (eso lo trataremos en otro articulo).

Comparemos esto con una olla a presión, si no le das escape a la presión que existe dentro de la olla, al principio no pasará nada, pero después de cierto tiempo habrá una gran explosión y toda la comida quedará esparcida por la cocina. Así somos nosotros cuando negamos la ira, la envidia, la lujuria, etc. En el momento todo parece estar bien, pero tarde o temprano todos esos sentimientos reprimidos estallarán y solo así podremos reconocernos a nosotros mismos.
Para trascender un aspecto negativo de nosotros, lo primero que hay que hacer es reconocer que existe, que esta ahí, nos guste o no. En ese momento empezamos a sanar nuestra psicología personal.

Debemos reconocer esa parte nuestra que no nos gusta y que por tanto hemos negado. Solo haciéndolo así podremos aplicar la vieja frase que usaban los griegos: “Hombre, conócete a ti mismo”. Conocerse a si mismo implica tanto reconocer nuestra identidad Divina, nuestra esencia pura, como reconocer nuestra sombra o creación indeseable. Solo cuando abrazamos estos dos aspectos de nuestra vida podremos identificarnos con el primero y soltar el segundo.

Recordemos siempre que somos Seres Divinos, Espíritus puros que descendemos de Dios, pero que eso no nos lleve a negar nuestras debilidades y ego, al contrario, que esa identidad Divina que somos nos fortalezca para ser más honestos y desenmascarar al impostor.
Cómo una enseñanza espiritual nos ayuda a fortalecer nuestras mascaras

La metafísica ha sido una de las precursoras del pensamiento positivo en el mundo. Yo estoy aquí para decir que gran parte de la enseñanza de la metafísica es errada. Agradezco a ese movimiento puesto que despertó a muchas personas al conocimiento de la espiritualidad. Pero si te quedas pegado allí, se puede convertir en una trampa que estancará tu crecimiento espiritual. La metafísica nos enseña a negar la sobra y eso no nos permite trascender los aspectos de la misma para sanarlos, sólo nos enseña a reprimir.

Hay un viejo adagio que reza: “Lo que miras desaparece y lo que resistes persiste”. La metafísica nos enseña a resistir el ego. En cambio, cuando lo miramos en toda su dimensión podemos comprender su modus operandi y este empieza desaparecer. No se esconde, realmente desaparece. El amado Babaji nos ha entregado un dictado fabulo sobre el auto-reconocimiento (1), en él nos da un ejercicio que es muy valioso para empezar a asumir nuestra sombra a fin de trascenderla. La mayoría de los estudiantes no han estado dispuestos a hacer este ejercicio puesto que derrumbaría la falsa imagen que tienen de sí mismos.

Mark Prophet contaba que en cierta ocasión dio una conferencia a la cual asistieron unas señoras del movimiento metafísico. Cuenta que al final de la conferencia las mujeres estaban aterradas con la idea que nosotros pudiéramos tener un ego humano. Ellas simplemente no estaban dispuestas a reconocer su ego. Eso nos hace seres sumamente hipócritas y falsos.

Hay un viejo chiste sobre el tema que estamos tratando; en cierta ocasión se encontraron en el infierno un sacerdote católico, un rabino y un metafísico. El sacerdote pregunta al rabino -“¿Por qué estás aquí en el infierno?”. El rabino responde: -“Yo comía mucha carne de cerdo”. A su vez el rabino le devuelve la pregunta al sacerdote y este responde: -“Solía acostarme con jovencitas y la iglesia me exigía castidad”. Entonces, los dos amigos miran al metafísico y le preguntan: -“y tú, ¿Por qué estás en el infierno?”. El metafísico los mira despectivamente y proclama: -“Yo no estoy en el infierno”.

Bueno, he traído este tema a colación porque la hipocresía que el pensamiento positivo ha generado es uno de los canceres que no permiten la creación de la comunidad espiritual. Las personas que van a los grupos están tan absortos en la idea de que deben negar sus fallas ante ellos mismos y ante los demás, que cargan una máscara muy gruesa y superficial. Han llegado a creer que ellos son la máscara y se niegan a reconocer su propia sombra.

Ahora, es muy importante que entiendan que cuando hablo de reconocer al ego, no estoy diciendo que hay que aceptarlo como algo permanente. El ego es irreal desde el punto de vista de Dios, el ego es algo efímero que puede morir. Lo único real que tenemos es nuestra Identidad Divina –el YO SOY que somos. Nosotros no debemos aceptar nada inferior a Dios como algo permanente. Reconocer al ego no es aceptarlo, reconocer al ego es saber que está ahí y entender cómo trabaja. Cuando hacemos esto con la consciencia de que somos Seres Divinos, el ego puede morir.

El objetivo de este Blog es que podamos reconocer y exponer el ego públicamente, sin temores. Podemos hacerlo con la consciencia plena de que Dios nos sanará cada vez que somos honestos y reconocemos cómo, cuándo y dónde hemos fallado.

Un fuerte abrazo camaradas del Espíritu Divino.

Notas:

3 comentarios:

Axel Blanco dijo...

Saludos Walter. Leyendo tu extraordinario articulo "Superando las mascaras en la Comunidad", prometes abundar más en el tema del CORRECTO USO de las AFIRMACIONES POSITIVAS. Te pido lo publiques (o me envíes la información); pues estoy por comenzar un curso en la Fundación de Saint Germain. Muchas gracias y felicidades por tu blog.

Axel Blanco dijo...

Muy interesante aquello que comentas sobre la correcta manera de ir desapareciendo el EGO mediante su observacion y aceptación; aunque la sabiduría Gnóstica vá más allá en el trabajo de eliminación del EGO; pues no sólo fomenta la observación y comprensión constantes y despiadadas de nuestro EGO (o de nuestros EGOS; como definido en la Psicología revolucionaria del Venerable Maestro Samael Aun Weor); hasta llegar al punto de comprender conscientemente a cada EGO, Defecto o Agregado psíquico y reconocer su necesaria eliminación (como aquello que nos ata a esta 3era dimensión de error y sufrimiento); sino que vá más allá y brinda herramientas espirituales para pulverizar a cada EGO o defecto; suplicando para ello la poderosa ayuda de Nuestra Divina Madre; Devi Kundalini (Dios Trino en su desdoblamiento femenino y maternal); pues, si no eliminamos a todos los EGOS o Defectos en su conjunto (El EGO); seguiremos sufriendo nuestro sufrimiento auto-impuesto en esta vida y en las siguientes; pues reencarnaremos nuevamente con EGO; con los mismos defectos más robustecidos y lo que es peor; en la inconsciencia y amnesia; comenzando nuestro proceso una vez más desde cero. Todo ello se repite durante 108 oportunidades que tenemos de ser humanos y liberarnos del EGO; entonces, en la 109; la Rueda del Samsara vuelve a dar una vuelta; pero esta vez en sentido contrario (involutivo) y reencarnamos en animal, vegetal y mineral nuevamente; para pagar Karma de manera mecánica y no consciente y voluntaria mediante trabajo espiritual como en nuestras oportunidades humanas. Un abrazo Walter y felicidades por tu esfuerzo con el Blog.

Anónimo dijo...

Los Maestros nos han dado una gran herramienta para trascender el ego como son los Rosarios Milagrosos. En ellos encontramos mucha luz la cual nos ayuda a ver con mayor claridad a ese impostor y al mismo tiempo nos permiten desprendernos del falso sentido de identidad que proviene de él. El ego solo supervive en nosotros manteniéndonos atrapados en las falsas creencias de la dualidad.
Te recomiendo el Rosario del Arcángel Miguel para empezar. Los Rosarios son una forma de elevar la Madre Kundalini por medio de la devoción a la Madre Maria.
Este es el link: http://www.mothermarysgarden.com/Y_SPANISHSITE/SP_06TOOLS/SP_ROSARIES/SP_ROS10ArchMichael.html