jueves, 26 de febrero de 2009

Vamos a construir Comunidad (Parte I)

Comunidad, como su nombre lo indica, traduce: Unidad Común. Solo puede haber comunidad cuando hay un grupo de mujeres y hombres que comparten una verdadera Unidad desde el corazón. Eso no significa que todos deben ser iguales o pensar de la misma manera. La magia de la Comunidad son las diferencias de personalidad, de ideas y de experiencias. En esas diferencias está el poder de una comunidad. Las verdaderas comunidades aprenden a celebrar las diferencias y a aprovecharlas para enriquecer a todos.

En el mundo de hoy se dice mucho de comunidades. Con frecuencia se habla de la comunidad del barrio “A”, la comunidad de la iglesia “B” o la comunidad de la aldea “C”. En realidad esas no son comunidades, simplemente son grupos de personas.

Las Comunidades verdaderas se diferencian totalmente de los grupos. En los grupos, a pesar de luchar por un objetivo común, existe una individualidad de fondo. En las Comunidades hay una verdadera amistad entre cada uno de sus miembros. Nadie se siente ni se cree mejor o peor que los otros. Todos aportan de alguna manera para que la Comunidad crezca. La honestidad y la confianza son los pilares básicos que sostiene toda la estructura. El Amor Incondicional es el aire que se respira en su interior.

Los grandes Maestros que han venido a la Tierra sabían esto, ellos son concientes del poder inigualable de la Comunidad para sanar y elevar a los hombres y mujeres. Fue por eso que Buda fundó la Sangha. Él estableció una Comunidad sin jerarquías, una comunidad donde había espacio para que los monjes y monjas expresaran sus debilidades públicamente sin ser juzgados. Lamentablemente, años después de su partida, sus seguidores traicionaron los principios de la Sangha y terminaron creando la religión budista.

Así mismo, Jesús vino a la Tierra a crear una comunidad que proporcionara a las personas los componentes para alcanzar la Cristeidad. Según la Biblia, Jesús nunca fundó una iglesia restrictiva y dogmática. El Maestro del amor siempre fue reconocido y causo escándalo por enfrentar a los representantes de la elite espiritual en Israel. ¿Enfrentaría a una elite controladora para poner otra en su lugar? Según los evangelios, Jesús dijo:

“Tu eres Pedro y sobre esta roca construiré mi iglesia”.

En la versión Griega del Nuevo Testamento la palabra exacta que usó Jesús fue: “Eklesia”, que significa “Comunidad”. Lo que realmente hizo Jesús fue inspirar una comunidad de hombres y mujeres cuyo único fin era alcanzar la conciencia Crística que el mismo había logrado.

Sobra anotar que su comunidad también fue traicionada por algunos padres de la iglesia que cedieron ante los sobornos o amenazas del emperador Constantino para destruir la verdadera Comunidad y crear una religión dogmática.

Las Comunidades sanan y curan el alma. Las comunidades proporcionan una plataforma formidable para el crecimiento espiritual del individuo y por ende del grupo. Las Comunidades son lugares donde las personas se sienten seguras porque se les ama y se les acepta tal como son.
El centro de la Comunidad es Dios, quien habita en todos sus participantes y sana y es sanado por medio del amor. Pero no es un amor cualquiera. Se trata del verdadero amor que trasciende las barreras de la personalidad humana, que se extiende a los demás para curar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente la conección que he tenido con el cosmos que YO SOY es muy buena y su voz he escuchado.Ahora veo el mundo exterior y sí que es un reto, pues observo el desden de mis amigos que no entienden o no comprenden éstas intenciones del SER QUE YO SOY EN MI CORAZÓN