sábado, 21 de febrero de 2009

Quitándose la Máscara


Por Mark Prophet.[Fuente: Las Enseñanzas Perdidas de Jesús - Capítulo 1 - Vol I-páginas 61 - 62 y 63]

No toma mucho tiempo quitarse la máscara en "Hallowen" o en un baile de disfraces, ¿verdad? Todo el mundo exclama: "¡Sorpresa!Ante todo, si nos vamos a quitar una máscara, tenemos que quitarla de abajo. Así que, ¿qué vamos a desenmascarar? En este caso, debemos percibir que hay algo real en nosotros. También existe algo irreal. Y cuanto antes lo descubrimos y tomemos conciencia de ello, y aprendamos a distinguirlo, más pronto regresaremos hacia la luz. ¿Por qué es tan importante el que separemos la diferencia? Porque de otra manera estaremos alimentando a la máscara y dejando hambriento al hombre real.

Nosotros hacemos mucho por la máscara, tal como podemos ver cuando viajamos por ahí y observamos las fortunas que amasan gentes como Helena Rubinstein, Max Factor, Elizabeth Arden, y otros famosos cosmetólogos que viven espléndidamente a costa de la idea de crear una aureola resplandeciente para el sexo femenino.

Parecen haberse olvidado de nosotros los hombres y lo único que tenemos que ponernos es loción de afeitar. Pero nosotros también tenemos nuestras máscaras, señoras, ¡os lo aseguro! Tanto los hombres como las mujeres tenemos la máscara de la conciencia humana y gastamos mucho tiempo y energía creando estas máscaras, las cuales ahora estamos decidiendo que vamos a quitarnos.

Alguien puede decir: "¿Por qué debería hacerlo? He estado mimando mi ego todos estos años ¿Por qué dejar de hacerlo ahora?".

Bien, existen muchas buenas razones para que lo hagamos. La principal es que debemos aprender a superar la ilusión porque tiene la palabra enfermedad enfrente a ella. ¿Sabéis lo que esto significa? Significa enfermedad! ¡La máscara está enferma por eso la gente está enferma, porque es una creación artificial!

La mascarada en que se dan gusto los humanos

Todos estamos un tanto desconcertados cuando vemos a los rebeldes barbudos que están aumentando en California y en todo el país, hombres que resienten estos tiempos. Se rebelan contra el tipo de vida que nosotros llamamos conformismo y ellos practican lo que llamamos el no-conformismo.

Tenemos que comprender a esta gente. No son tan malos como parecen. Llevan puesta una máscara y están hartos de la falsedad del mundo; por lo tanto, se ponen otra máscara. Algunos de ellos se parecen a Santa Claus y otros al profeta Amós. Pero, de cualquier manera (y podemos reírnos de ellos si queremos), todo es parte de la mascarada en la que los seres humanos se dan gusto. Y lo hacemos frecuentemente. De hecho, muchísimas veces, incluso nos engañamos a nosotros mismos.

Me acuerdo del representante de "American Express" que había en mi ciudad natal. El me dijo una vez: “O te comportas adecuadamente, o te echo a la calle". Pues bien, ¡esto es muy cierto! Más tarde o más temprano os encontraréis tropezando con la misma máscara que habéis creado, sólo que estará en la cara de algún otro. Es la forma en que la ley funciona: los afines se atraen y, por lo tanto, en las máscaras caricaturescas de los otros, comenzáis a reconocer algunas de vuestras propias excentricidades. Porque, vosotros sabéis que nunca podréis veros en el espejo tal como realmente sois.

Examinemos ahora la gráfica de vuestro Yo Real. Esta os dirá cómo sois vosotros si aprendéis a interpretarla. Esta es la zona de la máscara (la figura inferior), aquí abajo en el nivel humano. No existe mascarada aquí arriba (a la altura de vuestra Presencia YO SOY). Y no hay mascarada aquí en vuestro Santo Yo Crístico (la figura del medio). Las irrealidades de la vida están todas centradas aquí abajo en lo humano.

Nunca encontraréis ninguna irrealidad en vuestro YO Real y tampoco encontraréis nunca nada artificial en Dios. Pero nosotros solemos engañarnos a nosotros mismos. Somos muy blandos con nosotros mismos y a veces duros con nuestro prójimo.

¿Os he contado alguna vez lo que pasó en Nueva York cuando estaba hablando en una de las casas más elegantes de allí? Una señora se acercó a mí y me dijo: “Desearía hablar con usted en privado, si me lo permite". Y yo queriendo ser cortés le dije: "Por supuesto". Nos dirigimos hacia un rincón del salón y ella señaló a otra mujer y dijo: "¿Ve usted a aquella mujer que está allí?"Y dije: "Sí".Ella dijo: "Pues esa mujer es una mujer terrible". yo dije: "¿Por qué?Ella Contestó: "¡Pues porque lleva rimel!"¡Rimel! ¡Y esta dama llevaba los ojos completamente embadurnados!De veras esto me ocurrió a mí. ¡No podía creerlo! No sabía si reír o llorar.

Los escoceses tienen un viejo dicho para estos casos. Dice: "Siempre estamos dispuestos a quitarles la máscara a otros, pero queremos dejar la nuestra firmemente planchada en nuestro rostro". Así que la máscara está hecha de rimel y pintura, papier maché, e incluso de cirugía plástica; y los enmascarados desfilan por la Quinta Avenida con sus trajes, con en un desfile "Hallowen" a medianoche. Sólo que es medio día en Brodway y ellos van muy serios.

1 comentario:

Marina dijo...

Gracias por poner esta divina enseñanaza de nuestro Amado Lanello. Yo amo a Lanello con todod mi corazón; siempre río con inmenso amor cuando estudio sus palabras y al mismo tiempo aprendo con esa profundidad divina que él tranamite en su emseñanza. Es tan cierto. Yo, me incluyo , como dice MarK...a veces somos tan débiles con nuestras propias máscaras, pero que duros con los demás... Lo que creo es que uno siempre debe ponerse en el lugar de la otra persona lo más que pueda para poder comprender y ayudar en lugar de juzgar o criticar o lo que sea negativo.Y no olvidar, que todos tenemos detrás de esas máscaras, divinas cualidades, quizás dormidas, que están esperando expandirse y manifestarse...cuando mostremos nuestro rostro limpio!! En la escuela tuve una maestra que nos enseño eso. Ella decía: "ustedes pónganse siempre en el lugar del otro". Me gustaría también comentarles una frase que me quedó muy grabada en una película que ví sobre el Rey Arturo en donde el rey elige a un hombre como uno de sus Caballeros, el cual parece que tenía muchos defectos. Entonces el nuevo Caballero le pregunta al Rey Arturo: "¿por qué me has elegido, a mí, que tengo tantas debilidades?" y el rey le responde:

"Porque he visto lo Bueno que hay en ti..."

Gracias, un abrazo grande
M :)