martes, 3 de marzo de 2009

¿Quienes Somos?

Nosotros somos una Comunidad Espiritual inspirada por los Maestros Ascendidos. Somos la Sangha del Buda, somos la Comunidad del Cristo. Hemos venido a sanarnos y a ayudar a otros a sanarse por medio del amor y la aceptación incondicional.

Sabiendo que el programa de 12 pasos fue inspirado por los mismos Maestros que ahora nos guían, hemos decidido retomarlos y darles una perspectiva más amplia basada en nuestra comprensión espiritual actual.

Nuestra Comunidad, al igual que muchas otras que nos preceden, ha tomado los 12 pasos como una herramienta para sanar y trascender nuestros problemas. Reconocemos el valor de aquellos que se han reunido para sanar el alcoholismo, la drogadicción, la neurosis, la lujuria, la adicción a la comida, etc. Nosotros sabemos que todas esas cosas son sólo aspectos del ego humano, el cual, mediante sus múltiples facetas trata de evitar que nos identifiquemos con Dios y seamos íntegros.

Es por eso que nuestra Comunidad, la Sangha del Buda en lo interno, es una Comunidad conformada por mujeres y hombres que sabemos que somos Extensiones de Dios y que esa es nuestra verdadera identidad, pero que al mismo tiempo reconocemos que como personas nos hemos equivocado y estamos aquí para sanarnos por medio del amor, del amor incondicional.

Es un reto para nosotros aprender a amar y aceptar a aquellos que poseen defectos que no podemos comprender. Tal vez no podamos entender como es que alguien puede tomar su sueldo y gastarlo en alcohol aunque deje a su familia sin comida, tal vez no podamos entender al lujurioso que gasta su tempo y dinero en sexo, tal vez no podamos entender muchas cosas; pero debemos pedirle a Dios que nos ayude a aceptarlos y a darles amor incondicional.

Nuestro papel no es criticar ni rechazar los comportamientos que otros expresan, nuestro único papel es escuchar respetuosamente y amar, amar hasta que nuestro amor logre tocar su corazón y sanar aquello que no entendemos, pero que sabemos que por terrible que parezca no hace a esta persona un “pecador”.

Siempre mantenemos el concepto inmaculado y sabemos que esa persona es Dios que ha venido a experimentar los aspectos de la conciencia humana. Por lo tanto respetamos a ese Dios que está ahí exponiendo su ego, mostrando sus heridas. Jamás debemos hacer gestos, muecas, miradas, risas o comentarios que puedan ofender a nuestro hermano o hermana cuando se está expresando. Eso podría dañar todo el trabajo y lo llevaría a esconderse nuevamente dentro de su caparazón de tortuga causando un mayor daño.

Somos instrumentos de Dios, somos instrumentos del amor. El amor que sana, el amor que mueve montañas de dolor. Ese dolor permanece oculto como heridas. Nosotros sabemos que las heridas no pueden permanecer siempre cubiertas ya que así no sanarán. Solo exponiéndolas al aire y a la luz sanan. Así que no debemos temer, es nuestro deber para con nosotros mismos exponer esas heridas y dejar que se sanen por medio del bálsamo inigualable que es el amor incondicional de una Comunidad de hombres y mujeres dispuestos a ser Más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GRACIAS POR ESTA OPORTUNIDAD DE ESTAR CON USTEDES, ES MARAVILLOSO VER LA RAIZ DE MI SITUACION. PARES