sábado, 25 de julio de 2009

Paso 9.

“Reparamos directamente a cuantos nos fue posible, el daño que les habíamos causado, salvo en aquellos casos en que el hacerlo perjudicaría a ellos mismos o a otros.”

Para muchos miembros de C.A., el Noveno Paso resulta ser el más sorprendente de los doce. Antes de practicar este paso, a la mayoría nos asusta el pensamiento de acercarnos a cada una de las personas que hemos dañado, reconociendo abiertamente nuestras faltas, y poniendo manos a la obra en reparar el daño causado, o pagar las pérdidas provocadas. Después de reparar el daño, sin embargo, aquellos de nosotros que nos atrevimos a hacerlo, tuvimos que cantarle loas. Este paso nos ha liberado de las cargas y errores del pasado en forma milagrosa. Nuestras vidas han cambiado, nuestras relaciones rotas se han arreglado y la mala voluntad que envenenó nuestros corazones durante años ha sido lavada.

Aquellos de nosotros que aún no practican el Noveno Paso, ya deben de haber oído de los beneficios que proporciona a quienes lo han completado. Aún así, nuestros temores nos pueden obligar a posponerlo. Se nos advierte que retrasar la reparación del daño pude paralizarnos y amenazar nuestra recuperación de las actividades compulsivas del ego. En el momento de sentirnos “dispuestos” al practicar el Octavo Paso debemos movernos rápidamente para aprovechar esa “disposición”.

Por el otro lado, es necesario utilizar el sentido común a la hora de practicar este paso. El Noveno Paso nos alerta específicamente sobre el peligro de hacer más mal que bien al enfrentarnos y hablar con las personas sobre situaciones dolorosas del pasado. Esa es la razón por la que se aconseja discutir antes los pasos que estamos dispuestos a dar, con una persona que esté familiarizada con el modo de vida de los Doce Pasos. Es necesario discutir cualquier duda o pregunta sobre como proceder revisando nuestras palabras y actitudes con tiempo y con alguien más experimentado que nosotros, alguien que no esté involucrado en el problema, que esté desapegado.

Nuestros padrinos probablemente nos recuerden que el propósito del Noveno Paso es liberarnos de la culpa y mala voluntad de manera que podamos establecer mejores relaciones con las personas con las que estamos en contacto. En la mayoría de los casos lo único que tendremos que hacer será decir “lo siento”. Al reparar nuestros errores será necesario reconocer el daño especifico cometido, disculparse por el, hacer adecuada restitución y cambiar nuestro comportamiento hacia ellos en el futuro.

Antes de comenzar a enmendar nuestros errores, tenemos que abandonar cualquier expectativa que tengamos en cuanto a como la otra persona nos recibirá. En la mayoría de los casos seremos tratados en mejor forma de la que esperábamos. Algunas veces las personas ni siquiera recordarán que las dañamos. Otras se negarán a aceptar nuestras disculpas, aunque esto más bien será raro, y algunos más no querrán aceptar nuestra restitución. Si esto sucede, nos alejamos de las persona sin sentir rencor. No podemos controlar la forma en la que se reciben nuestras enmiendas.

Ellos tienen derecho a seguir molestos con nosotros por el resto de la vida si así lo desean. No están obligados a perdonarnos y nosotros no necesitamos que lo hagan para poder completar el Noveno Paso y recuperarnos. Nuestro único trabajo consiste en limpiar el lado de la calle que nos corresponde a la hora de enderezar nuestras acciones erradas. Una vez que hayamos hecho esto ya no tenemos porqué sentir culpa o rabia alguna a causa de estas situaciones.

Limpiar nuestro lado de la calle requiere de nosotros que seamos directos y sinceros en nuestro acercamiento a las personas que hemos lastimado. Nos podemos sentir tentados a actuar con vaguedad mencionando solo de pasada nuestro arrepentimiento por lo ocurrido. Algunas veces y en casos especiales es posible que esta forma funcione, pero en la mayoría de las circunstancias una leve disculpa verbal de nuestra parte no demostrará verdadera sinceridad. Es preciso recordar que las personas que sufrieron nuestras ofensas merecen una completa y total satisfacción de nuestros actos equivocados.

Al mismo tiempo, es preciso que tratemos de presentar nuestras disculpas de la manera más sencilla posible, para evitar insistir demasiado en hechos y detalles que pudieran reabrir viejas heridas. Desde luego que evitaremos mencionar cualquier cosa que ellos hayan hecho para provocarnos aún cuando sintiéramos que lo que ellos hicieron fue mucho peor que nuestros propios errores. Habiendo perdonado a estas personas en el Octavo Paso, ahora nos limitaremos a expresar nuestro arrepentimiento en forma sencilla por las cosas que hicimos para lastimarlas. Evitando dar grandes excusas, dramatizar, o incurrir en detalles minuciosos de los hechos que rodearon nuestras acciones.

Podríamos decir algo parecido a esto: “Sra. Jones, le robé dinero de su cajón varias veces mientras trabajé con usted el verano pasado. Me siento muy apenada de mi deshonestidad”. O “Juan, me doy cuenta que he adquirido el hábito de rebajarte y quiero disculparme por ello. No ha sido correcto que yo te trate de esta manera.”

La mayoría de las veces haremos bien en advertirles a las personas con quienes hacemos enmiendas, el tipo de cambios y restituciones que intentamos hacer con los demás para que nos brinden la oportunidad de corregir nuestros errores. Si hemos dañado física o materialmente a alguien, si hemos robado o dañado una propiedad, si hemos causado perjuicio económico, deberíamos pagar o hacer arreglos para pagar el dinero que debemos. Si hemos dicho una mentira de alguien, deberíamos corregir lo dicho a menos que fuéramos a causar un daño mayor al hacerlo.

Enmendar algo significa cambiarlo. Completamos nuestra reparación del daño en nuestros actos errados del pasado al cambiar nuestras acciones del futuro. Esto es especialmente importante al corregir nuestros errores, para nosotros y para aquellos a quienes frecuentemente dañamos con nuestros patrones equivocados de conducta. Les debemos a estas personas “vivas satisfacciones”. Las palabras que les digamos no serán ni remotamente la mitad de importantes como las actitudes que de ahora en adelante empleemos con ellas. De nada servirían nuestras disculpas si de nuevo las hiriéramos con nuestras acciones. Nuestras palabras serían huecas y aumentarían aún más el daño ya grande en nuestras relaciones. Solo con un cambio permanente en nuestras actitudes dañinas podremos sanarnos y sanar a los que amamos de las heridas del pasado.

Estas son las acciones directas que tendremos que tomar en los casos en que no sea posible reparar el daño: Algunas personas de nuestra lista no podemos encontrarlas. Presentar nuestras disculpas directamente no es posible, pero podemos comenzar a hacerlo en forma indirecta. Por ejemplo, podemos escribir las palabras que les diríamos si los encontráramos cara a cara. Reconocemos por escrito nuestro error y delineamos la estrategia para arreglar la situación. A medida que avanzamos en el Programa continuamos localizándolos, decididos a presentar nuestras disculpas personalmente una vez que los encontramos. Nos sorprenderemos por la súbita aparición ante nosotros de personas a las que habíamos dejado de ver por años.

Algunas de las personas en nuestra lista del Octavo Paso tal vez ya hayan muerto así es que no podemos presentar nuestras disculpas personalmente. Hemos descubierto que aún así nos ayuda mucho a sanar el hacerlo de forma indirecta. De nuevo podemos escribir lo que les diríamos si los tuviéramos enfrente y estuvieran vivos. Podemos leer la carta en voz alta en algún lugar que nos recuerde su presencia. Podemos restituir parte de nuestra enmienda haciendo un donativo a su lugar favorito de caridad, ayudando a algún miembro de su familia, o de alguna otra manera apropiada.

Mesura debiera ser la regla que nos rija cada vez que debamos de enmendar nuestros errores, ya sea de forma directa o indirecta. Algunas enmiendas caerán en la categoría de las que es mejor no hacerlas ya que el daño sería mayor. Por ejemplo: ir a contarle a la esposa (o) de alguien que se ha tenido una aventura con su consorte, a menos que la persona ya estuviera enterada. Es bueno recordar que reparamos el daño por nuestras “acciones” (o por nuestra pasividad cuando era necesaria la acción) más que por nuestros “sentimientos”. Acercarnos a alguien y decirle “te pido una disculpa por lo mal que me has caído todos estos años” no solo no es apropiado, sino que lastimaré al interesado. La forma adecuada de reparar cinco años de celos y odios secretos es restituirlos con cinco años de abierta aceptación, respeto y amor.

Algunas enmiendas deberán ser hechas en forma anónima para evitar que personas inocentes sean dañadas. Sin embargo no repararemos el daño anónimamente para evitar la vergüenza de hacerlo personalmente, ni racionalizaremos que al reparar el daño podríamos perjudicarnos financieramente o dañar nuestra autoestima. Al evitar la reparación de algún daño, nos privaríamos de la total sanación que sobreviene al practicar el Noveno Paso en forma completa, de manera que estaríamos haciéndonos un daño en vez de un favor.

Si realmente queremos reestructurar nuestras relaciones con los demás, debemos de hacer todo lo posible por arreglar las cosas con aquellos a quienes hemos lastimado. Tendremos que hacer muchas cosas que no nos gustan a fin de poder corregir nuestros errores, pero aquellos que ya han pasado por la experiencia de este Paso han descubierto que bien vale la pena el esfuerzo. Al terminar de reparar los daños descubrimos que nos sentimos más cercanos a Dios que nunca antes en el pasado. Al tener que actuar en forma amorosa con cada una de las personas de nuestra vida, el despertar espiritual se ha convertido en una realidad. En la medida de nuestras fuerzas hemos limpiado las ruinas del pasado y ahora estamos en paz con el mundo.

Ahora que hemos completado los primeros nueve pasos, podemos enfrentar el futuro con nueva confianza. Ya no necesitamos la muleta del ego porque hemos descubierto una forma de vida que nos alimenta física, emocional y espiritualmente. Nuestro reto de ahora en adelante será continuar por este camino bajo la guía de los últimos tres pasos de nuestro Programa de Doce.

Noveno Paso.

“Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño que les habíamos causado, salvo en aquellos casos en que el hacerlo perjudicaría a ellos mismos o a otros.”

Preguntas para reflexionar sobre el Noveno Paso.

1.- ¿Que significa para ti “reparamos directamente”? ¿Cómo lo aplicas para mantener tu lado de la calle limpio?

2.- ¿Que temor tienes al hacer alguna de tus reparaciones?

3.- ¿Que temor tienes que hace que retardes la reparación?

4.- Revisando tus reparaciones con tu padrino ¿encontraste alguna reparación inapropiada?

5.- ¿Cuales son algunos de los cambios que tú harás en tu actitud al hacer tus reparaciones?

6.- Tienes algún ejemplo, de la manera en que tu harás tus reparaciones?

7.- Hay en tu lista de reparaciones gente que ha muerto? De que forma harás tu reparación con ellos?

8.- Puedes compartir lo que significo tu experiencia de reparar con tu grupo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EN LE NOMBRE DE MI PODERODS PRESENCIA DE DIOS YO SOY EN MI EXPRESO LOS TEMORES QUE TENGO POR NO ABER ECHO EL TRABAJO, EN CUANTO ALA REPARACION Y LA VERDADERA EXPRESION DE LOS HERRORES, Y FALTAS QUE LE HICE AMIS SERES QUERIDOS Y A TODOS LOS QUE EN MI VIDA TENGO QUE PEDIR QUE ME PERDONEN. Se que por indisiplina no puedo hacer el trabajo como se debe hacer. aun no puedo romper el hielo, se que este medio nos brinda la oprtunidad para ser cada dia mas, en los pasos que damos,ruego al poder del todo poderoso os ayude a encarnar estos pasos,y aserlos practicos en nuestra vida diaria. saludos a todos.

carlos cardenas dijo...

siempre se llenara de alegria mi alma y mi corazon al sentir la paz y el regocijo de no tener deudas con sigo mismo y con los demas, ya que el amor incondicional hacia los demas me va liberando de estas barreras que alguna vez levante. hoy soy mas libre en mi actuar y capacidad para perdonar y amar.
tambien entiendo que fueron enseñanzas en el proceso de la vida para madurar y aprender a SER
es por esto que no miro tanto mi pasado si no el momento que estoy viviendo para ser cada vez mejor.
por esto en este Noveno paso me siento libre de hablar y expresar
la liberta que siento hoy.
Carlos

hernando suarez dijo...

Aun siento temor para pedir perdon. que mas adelante, lo puedo hacer que me olvide de eso,aun siento que me domina esa enrgia, pero sigo aondando en elproseso de alcansar la sanacion. En la comunidad donde nos reunimos se an llevado acabo,expresiones de perdon por parte de las personas que asistimos donde ya entramos directamente a tratar de expresar frente afrente,las situaciones,engorrosas que nos suceden.bemos como0 la bendita MADRE MARIA. nos quia para poder nosotros arrodillarnos para poder pedir perdon y perdonarnos. saludos a todos.

Reyna García dijo...

En el nombre de mi Poderosa Presencia YO SOY en Mi, doy las gracias a DIOS-PADRE-MADRE por la
oportunidad de corregir mis errores,comenzando con mi familia inmediata, aun sigo y no se cuanto me tome encontrar aquellos que se encuantran lejos, quiza pasen meses y yo siga sin duda teniendo la oportunidad de pedir perdon aquellos a los que hize daño, doy gracias a mi YO SOY por haberme llevado a ver el conflicto que venia sosteniendo en mi vida de parejam, pude ser capaz con mi guia interna donde me estaba equivocando y donde era yo la que causaba el conflicto, no fue facil ver con claridad y aceptar que estaba equivocada pero con determinacion y humildad me di cuenta que mi matrimonio no tenia por que terminar y ahora estamos en el proceso de construir desde una base solida, sobre la roca de Cristo. sigo trabajando en este apartado con la Bendicion de Dios.
Gracias MADRE MARIA.
Un abrazo para todos.

hernando suarez s. dijo...

WALTER .aunque me cuesta, y perdoname la expresion ejercitar la enseñanza de los 12 pasos,solicito al poder superior para que esta labor que empesamos no se quede estancada, de verdad yo si nesecito de que los doce pasos los podamos recibir, faltan 3repasarlos y encarnar este mensaje es urgente para los que vivimos enredados en aspectos de las adiciones, y juegos del ego.un abrazo.